
La trayectoria de Velázquez puede ser considerada como una constante investigación de la relación entre pintura y naturaleza, en la que la pincelada toma el papel principal. A medida que la desarrolló, logró un naturalismo físico y psicológico sin precedentes, con pinceladas progresivamente más pronunciadas y elegantes, consiguiendo efectos milagrosos de ilusión con una técnica condensada y asombrosa, basada más en la deducción que en la elaboración del detalle.
Año de edición: 2007.