
El territorio que desde hace doscientos años llamamos Cundinamarca ha sido registrado por muy distintos tipos textuales, como crónicas de Indias o poemas de ocasión, textos novelísticos o relaciones de viajeros. En conjunto, esa producción escrita, que en la mayoría de los casos podemos llamar literaria, desde muy temprano mostró de qué manera la forma de percibir el territorio, sus habitantes o sus costumbres cambiaba paulatinamente hasta llegar a lo que hoy podemos rotular con el adjetivo de “cundinamarqués”.
Año de edición: 2014.